
El proceso de pintar el aluminio se denomina lacado.
El lacado consiste en la aplicación electrostática de pintura en polvo (generalmente de poliéster) que luego será polimerizada en hornos de convección de aire.
En la carpintería metálica, la combinación de capas de pintura suele tener un espesor de 60 a 70 micras, suficientes para un acabado duradero y de calidad..
Este proceso confiere al aluminio un mejor aspecto estético que permite utilizarlo como elemento decorativo, así como una mayor protección frente a los agentes externos.
A los colores más tradicionales, se han unido acabados texturados, con tonos metálicos, y muchos otros más… Puedes comprobar en nuestra carta de colores una selección de las muchas posibilidades entre las que podrás elegir.